Desde su introducción hace menos de una década, las balizas Bluetooth han evolucionado rápidamente desde una tecnología de nicho a una herramienta esencial para aplicaciones y experiencias con reconocimiento de ubicación. Las balizas actuales son más pequeñas, duran más y se conectan mejor que nunca. Estas mejoras han permitido que las balizas vayan más allá de la detección de proximidad básica hacia una amplia gama de usos.
Un área importante de crecimiento de las balizas son las casas inteligentes. Al colocar “etiquetas” de balizas económicas en electrodomésticos, accesorios y otros objetos, los propietarios ahora pueden realizar un seguimiento del uso, la iluminación automatizada y el control climático, y simplificar la integración de dispositivos. Por ejemplo, una baliza en la ventana del dormitorio podría indicar que las persianas conectadas se cierren cuando se abre esa ventana específica.
Las balizas también siguen encontrando nuevas aplicaciones en entornos minoristas. Ya impulsan aplicaciones que envían cupones o información de productos a compradores cercanos. Pero algunas tiendas ahora dependen de redes de balizas para monitorear los patrones de tráfico de clientes en tiempo real. Esto permite a los minoristas ajustar las exhibiciones, la ubicación de los productos y la dotación de personal para maximizar las ventas. Los sistemas avanzados incluso rastrean a clientes individuales a lo largo de múltiples visitas.
La logística y el almacenamiento representan otro caso de uso prometedor. Las redes de balizas alimentadas por baterías en palés, contenedores y remolques permiten un seguimiento continuo incluso en interiores y fuera del alcance del GPS. Las balizas también ayudan a la navegación interior por parte de robots y drones de almacén.
En los centros de transporte, las redes de balizas están preparadas para reemplazar el radar y el WiFi para ofrecer aplicaciones de navegación, orientación y mensajería basada en la ubicación. En proyectos piloto se han probado balizas en autobuses para anunciar la siguiente parada y medir la carga de pasajeros. Los viajes compartidos pueden identificar las ubicaciones de los automóviles para recogerlos. Las bicicletas y scooters compartidos pueden encontrar y liberar vehículos desde muelles virtuales.
Para el entretenimiento, las balizas ya están transformando lugares al agregar información histórica y de fondo durante las visitas a museos y experiencias interactivas en los parques temáticos. Pero las redes ampliadas desbloquearán entornos más inmersivos y receptivos. Las posibilidades abarcan efectos de realidad aumentada, música personalizada e iluminación adaptativa que responde a los invitados.
Las balizas también pueden reinventar las oficinas al vincular la identidad de los empleados, los permisos de acceso y las ubicaciones en plataformas de edificios inteligentes. Las entradas, salas de reuniones y equipos podrían adaptarse automáticamente a los usuarios autorizados en las proximidades. El análisis espacial también optimizaría los diseños y flujos de trabajo de las oficinas “inteligentes”.
Y están surgiendo arquitecturas de balizas completamente nuevas. Los desarrolladores ahora están creando redes de malla donde las balizas se conectan entre sí en redes flexibles. Al compartir continuamente paquetes de datos, estas mallas dinámicas tienen ventajas como demandas de energía reducidas y alcance ampliado. El futuro podría deparar extensas mallas de balizas que cubran barrios inteligentes o incluso ciudades enteras.
Desde sus humildes comienzos hace menos de una década, las balizas Bluetooth ahora parecen destinadas a convertirse en componentes indispensables de nuestro mundo cada vez más conectado. Su continua versatilidad y rápida evolución prometen desbloquear aplicaciones novedosas que hoy ni siquiera podemos imaginar. Entonces, a pesar del crecimiento hasta ahora, parece claro que la revolución del faro apenas comienza.